sábado, 22 de marzo de 2014

                           TRABAJO 4ºEVALUACIÓN

FOLCLORE CANARIO : El folclore canario, muy rico y variado, presenta diferencias muy acusadas en las distintas islas. Una prueba de ello es el número y diversidad de sus cantos y bailes: el anomó, la isa (especie de jota), la folia, la seguidilla canaria, el tajaraste, que toma su nombre del antiguo tambor o pandero de los guanches (Se dice del individuo perteneciente a la raza que poblaba las islas Canarias al tiempo de su conquista).


BAILES GENERALIZADOS Y MAS EXTENDIDOS DEL ARCHIPIELAGO CANARIO .

 Los bailes propios de las Canarias presentan un carácter confuso sobre su origen entre ibérico y americano.

Hay bailes verdaderamente curiosos como: Isas, folias, Tajaraste, Sirinoques,Saltonas, Malagueñas, Tangos y Tanguillos.
*Las Isas son las más antiguas, guardan similitud con la Jota aragonesa. Sus bases armónicas están determinadas por los acordes de tónica y dominante.
*El Sirinoque contiene la esencia de la danza y de la música del canario, pero un canario acortesando.
*El Tajaraste es un baile muy típico de la Isla de Tenerife , también se le ha asignado este nombre al pandero canariao( instrumento de esta danza).
*Las Malagueñas consisten en una adaptación de los bailes y cantos de igual nombre de las tierras andaluzas.



LA ISA

La isa es un canto y baile típico de las Islas Canarias, caracterizado por su ritmo alegre y vistoso, y que junto a la folía y a la malagueña canaria compone el tronco principal del folclore canario.

CARACTERISTICAS

La isa se manifiesta como un ritmo ternario de carácter intenso, de los más representativos de las islas, acompañado de un canto vivo y jovial. A su vez, también presenta una danza de participación colectiva que con el paso del tiempo ha venido incorporando diferentes figuras. Durante la realización del baile se precisa una buena coordinación entre los bailarines, hecho que denota el influjo europeo de las danzas cultas del siglo XIX. La isa canaria se toca principalmente con guitarra, timple, bandurria y laúd, aunque, además, otros instrumentos de percusión e incluso de viento son susceptibles de ser introducidos. Otro de los contrastes existentes entre la isa y la jota es que mientras que la primera no altera el ritmo del baile, la segunda, sí lo hace; así, los pasos de baile de la isa se mantienen constantes tanto en el fragmento cantado como en el instrumental. Sin embargo, en la jota, el cuerpo de baile matiza sus movimientos durante la parte cantada con el fin de ensalzar las cualidades desolita.

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EL TAJARASTE

El tajaraste es una música y una danza colectiva típica de Canarias (España), concretamente de las islas de Tenerife y La Gomera. Con carácter alegre y sincopado, se baila por parejas al son de un pandero o de un tambor y chácaras.

El baile es colectivo y su coreografía cambia en función de la isla de procedencia.
Llegó a estar presente en las cortes europeas en el siglo XVI, sus cantos están formados por viejos romances que se remontan a la conquista de Canarias. Son historias, milagros y amores desgraciados.

BAILES DE CANDIL

Bailes de candil, antigua fiesta campesina andaluza y extremeña de baile en la que, aunque participaba principalmente la juventud, se hacía presente ‘la comunidad’, bien a través de las madres de las chicas que acudían, o bien –en el caso de las fiestas importantes- a través de algún personaje principal del pueblo o barrio, que asumía el papel de autoridad para dirimir posibles conflictos de orden. A principios del siglo XVIII se empieza a denominar a estas fiestas populares, así como a su música y aires bailables, como fandangos.   
Los bailes de candil son fiestas especialmente ritualizadas, tanto que podemos trazar una serie de características que, salvando las variaciones de época y lugar, se repiten una y otra vez. Las ‘constantes’ de dichas fiestas son:

  • La ocasión en que tenían lugar:
Las celebraciones festivas de la localidad (santos patronos, Navidades, etc.) o bien las largas noches de invierno, cuando la faena de trabajo en el campo era poca y la diversión escasa.
  • El lugar de la reunión:
Cuando la fiesta se celebraba con ocasión de una festividad local, el lugar solía ser al aire libre, en una plaza o en un patio de vecinos que diera cabida a toda la comunidad que participaba. En el caso de las fiestas más seguidas y menos ritualizadas (las de fin de semana o las ocasionales de las noches de invierno), se disponía de la habitación más espaciosa de una casa particular, la de uno de los participantes en el baile, o más exactamente la de los padres de uno de los jóvenes interesados en organizarlo. Si las tardes eran de clima benigno, tenían lugar en los emparrados de las casas o cortijos.
  • La autoridad de las fiestas:
Siempre hacían acto de presencia personas ‘respetables’ que debían controlar las reuniones de los jóvenes. Al menos se hacían presentes, por lo habitual, las madres de las chicas que acudían, que aunque no llegaran a bailar, vigilaban al tiempo que charlaban entre sí. En las fiestas especialmente ritualizadas (las de festividades locales) suele aparecer un personaje como presidente de la fiesta, alguien relevante socialmente, el alcalde de barrio p.e. A veces el cura acompañaba y jugaba también este papel. Cuando surgían conflictos (riñas por celos, provocaciones entre jóvenes, conflictos familiares), actuaban como autoridad de apelación y en principio su decisión era respetada por todos. Muchas veces decidían la expulsión de la fiesta de algún joven díscolo y que no respetara las normas no escritas.
  • La petición de pareja:
La ‘finalidad’ principal de estas fiestas, admitida por todos, era la de entablar relaciones de amistad entre jóvenes de distinto sexo, junto con la diversión y la relación social. La manera de sacar un hombre a una mujer a bailar tenía sus convenciones, que variaban de un lugar a otro. Una de las más extendidas era dirigirse a la chica y pedirle ‘por favor’ bailar con él. La mujer no debía negarse inicialmente, pero si el joven no era de su agrado, ella se retiraba una vez bailadas una o dos coplas. Si mientras bailaban, un tercero quería entrar a bailar, debía dirigirse no a la mujer sino al hombre, y éste debía acceder y retirarse. Si la mujer iba a gusto con el nuevo pretendiente, seguía. Si no, de nuevo declinaba. La iniciativa pues, era del hombre (aparentemente al menos) pero las decisiones ‘últimas’ de la mujer.
  • El abrazo ritual:
Era práctica muy extendida que al final de cada sesión de coplas (tres o cuatro, las que en cada rato se cantaran seguidas, después llegaban pequeños intermedios), cada bailaor tuviera derecho a dar un ‘abrazo ritual’ a la bailaora con la que hubiera bailado. Éste no solía pasar de un estilizado poner los brazos sobre sus hombros, o algún gesto similar. Cuando el abrazo era más efusivo de lo que la convención mandaba, ‘la comunidad’ (alguno o alguna de los que observaba, p.e. un pariente de la chica, u otro pretendiente, rival del actor en cuestión) llamaba la atención. El desenlace variaba, desde la provocación de risas e hilaridad en los mejores casos, hasta las peleas a navajazos e incluso muertes. Niveles intermedios eran el intercambio de frases más o menos fuertes, o la expulsión, por parte de ‘la autoridad’ de algún díscolo en el sentir de todos.
  • La improvisación de coplas:
El trovo o improvisación directa de coplas dentro de los esquemas métricos, rítmicos y musicales más extendidos por tradición en cada lugar, aunque hoy es práctica residual, estuvo muy extendida en España hasta la primera mitad del siglo XX. Una de las principales ocasiones y momentos en que esta habilidad se ponía en juego era en estas fiestas, puesto que los bailes eran bailados al son de coplas cuya letra jugaba un papel primordial. Cada copla tenía una carga de significado muy precisa. Quien cantaba, pretendía expresar un sentimiento o un mensaje preciso a través de la copla y debía, o bien elegir una copla del acervo común, o bien improvisarla (si tenía esa capacidad) para decir cantando lo que quisiera. No pocas declaraciones amorosas se hacían a través de una copla improvisada, o aprendida previamente y preparada para cantarla cuando se presentara la ocasión. Cuando dos rivales se enfrentaban trovando coplas durante el baile, la tensión podía ir subiendo de tono hasta llegar a las manos. Lo habitual y deseable era que las coplas no pasaran de expresar requiebros de amor entre los jóvenes y coplas de contenido picaresco o burlesco o humorístico. Las declaraciones públicas de amor no solían llegar de improviso, pues las relaciones previas eran conocidas... El hombre solía tomar la iniciativa. La mujer, según su disposición, podía responder improvisando o acudiendo a coplas de aceptación, rechazo, dar largas...
En la actualidad quedan restos de esta práctica: fiestas de enfrentamiento entre troveros, que improvisan coplas al son de fandangos (Alpujarras y Subbéticas andaluzas).
  • El palo al candil (fines de fiesta violentos):
Por un motivo u otro, pero muchas veces porque el ambiente se caldeaba conforme pasaba el tiempo, o también para sacar ganancias de la oscuridad, el prolegómeno de los finales de estos bailes solía ser un corte de la luz provocado: algún hombre daba un palo al candil. O bien se hacía que el humo de la chimenea llenara la estancia... La literatura al respecto y los testimonios orales confirman lo habitual de estos finales de fiesta accidentados.
EL BAILE DE LAS CINTAS 

El Baile de las cintas es un baile tradicional de varias culturas. Generalmente, se lo baila o en los carnavales, o como un símbolo de unión entre los pueblos. En Jujuy los niños danzan junto a los nacimientos que arman en las aceras. Se ejecuta generalmente desde Navidad hasta Reyes. Para los bailarines el árbol o el palo significaba la llegada de la primavera, para vivificar los surcos, los frutales, el ganado y las mujeres; con sus retoños energía la vida renovada y los hombres querían atraer sus misteriosos beneficios. Por eso lo adornaban con cintas de colores (símbolos de frutos) y danzaban en torno.
El baile consiste en un grupo de personas, pares y generalmente más de 8. Éstos, se colocan formando una circunferencia, y en el centro de la circunferencia se ubica un mástil con una cantidad de cintas igual a la cantidad de participantes. Las cintas son de determinados colores, según la ocasión. Por ejemplo, las cintas pueden representar colores patricios o simplemente ser aleatorios.
Luego, cada participante agarra una cinta, y comienzan a dar vueltas respetando la circunferencia, al compás de la música. Al avanzar, cada uno debe pasar por abajo de la cinta del otro, e inmediatamente después dejar pasar al que quiere avanzar en sentido contrario por abajo de la cinta que se acarrea. Debido a ese vaivén, en el mástil se va tejiendo una especie de hilado, generalmente formando alguna variación de colores en especial.

LA DANZA DE LOS ENANOS 


 Se trata de una danza  que se baila en Santa Cruz de La Palma cada cinco años en la Bajada de la Virgen de las Nieves. Se remonta a las celebraciones del Corpus Christi y la mas antigua noticia que se conoce sobre esta danza data de 1833. Esta bailada por hombres.
     Consta de dos partes: una especie de ofrenda que se hace a la Virgen, interpretada por un coro de 30 ó 40 hombres solos, vestidos con capas y llevando unos faroles o bastones, y otra, la propiamente dicha Danza de los enanos. Los de las capas son hombres altos que, al final de esta primera parte, pasan por una puerta al interior de una caseta estrecha y salen por la otra convertidos en "enanos", bailando una polka, sin acompañamiento de voces. Esta polka y la vestimenta de los "enanos" es siempre igual en cada Bajada.
      Los que llevan a cabo esta transformación prefieren guardar el secreto en torno a la forma de realizarse, para mantener el misterio de este cambio tan brusco.

LA FOLÍA


La Folía,es uno de los temas musicales europeos más antiguos y recurrentes. Además de indicar dos temas musicales parecidos, pero con características muy definidas (la "folía temprana" y la "folía tardía"), el término folía es utilizado también para designar un esquema armónico-melódico utilizado en cientos de composiciones a partir de finales del siglo XV.
De remoto origen portugués, fue modificada en Andalucía por el siglo XVI,dejándo de ser una danza bufonesca portuguesa para refinarse. Es el canto regional por excelencia, más antiguo que isas y malagueñas.En el siglo XVI, ya existía una danza noble, que se bailaba en Europa con el nombre de Folías de España. Esta folía era una danza de ritmo rápido.
      En el siglo XIX aparece como danza amorosa de parejas. Se bailan en parejas separadas (el hombre no puede tocar a la mujer) que se mueven frente a frente de un lado a otro, castañeando los dedos y dando algunos giros, con un ritmo pausado y majestuoso.

LA MALAGUEÑA.


procede de la malagueña andaluza, adaptada y dulcificada.. Es un canto triste, dulce, manso de las islas.Generalmente, en un momento del baile, suele destacarse un hombre que baila con dos mujeres, aparte del resto del grupo, que continúan la danza en un segundo término. Temas dominantes: amor y madre. Frente a la isa que mueve a la alegría, la malagueña impone emoción, silencio y respeto.  

LA POLCA 


 de Procedencia Centroeuropea, concretamente Polonia, a la que debe el nombre. Fue un baile muy de moda en toda Europa en el siglo XIX, llegando incluso a Canarias, donde se popularizó.La Polca se bailaba en un principio en salones y estuvo a punto de perderse, fue recogida por el pueblo y aún perdura en muchos lugares de ambiente rural.
     Arraigo sobre todo en Gran Canaria y Fuerteventura, donde los majoreros han impregnado sus letras de socarronería.